Las costumbres humanas sociales convirtieron al teatro en un artículo de consumo.
Consumo se volvió la religión, consumo se volvió el estudio, consumo se volvió el pensamiento. Y resulta que,  al volverse todo artículos de consumo,  vos también te convertiste en un artículo de consumo y sos consumido/ consumida por la tecnología. 
También se volvió artículo de consumo no darnos cuenta de cómo somos consumidos. 
Un abrazo corta el consumo.
Un silencio de dispuesta escucha corta el consumo.
Una danza que permite la entrada de la poética en tu cuerpo corta el consumo.
Un texto y una mirada lanzados al espacio teatral, creando universos paralelos, corta de consumo.
¿Cuánto consumo más seremos capaces de soportar, hasta que el encuentro marque la revolución que la época pide...?


Gustavo Volpin. 
Teatro a la altura de tus ojos.

Consumidor, consumido